martes, 24 de septiembre de 2013

Agenda dormida/Manual ígneo

No puedormir. Miré hacia el techo y me dí cuenta que tengo numerosas constelaciones ocultas dentro del concreto, yo creo que se mueven, son la bruma... Superan a la bruma y a los días en los que me la pasé durmiendo. (¿Cuando dormís mucho es porque te sentís triste?). Veo -intento más que nada- plantear nuevos patrones en mi techo, en mi lecho. Sobre mi agenda dormida. Es el sonar oculto, es el radar de la ausencia que me cree inseguro, y acoplado al cansancio: me hace incertero. Ah, es que yo coparía las infecciones de nada. Debería tener una actitud reprochable. Dormir de 15 a 17, de 19 a 21, de 3 a 10, de preferencia, infectarse de nada. Manual Ígneo. A ver...

MANUAL ÍGNEO

1. Carbonizar su entorno, preguntarse: ¿Existe una posibilidad de reencontrarse ante su ambiente puro, ahora mezclado de fuegolvido, aireprochable y la férrea alma de nada?
Respuesta: No existe posibilidad ante los localizadores, paralizadores zares del desistir.

2. Una vez recapacitada la situación, mirado, relecturizado y consumido este diario ejercicio de hipnotismo urbano. Piense: ¿Acaso se hizo un esfuerzo por reencontrarse?
Respuesta: Ningún esfuerzo por reencontrarse fue intentado.

...

Con hacer solamente dos puntos de un exhaustivo cuestionario me convencí de que no ocasionaba regalías ni mejoras anotar puntillosamente todos esos esfuerzos. Cerré el cuaderno y me recosté en mi cama hasta perderme en las pálidas estrellas que eclosionan y rugen en el techo blanco. Era un bello trance que tenía que acabar alguno de estos sábados. No valía la pena un salvavidas de fuego. Ojalá amanezca pronto...

Mauro Varela

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