viernes, 12 de agosto de 2016

Atlas

Un atardecer rebobinado, reventado de recuerdos, es la carga de tu espalda. Ahora que sos el ahora más que nunca, sos la infancia que se desangra sobre las barras (la de ayer, la del bar; y la espaciadora de hoy, la que vive injerta sobre tu teclado). 

Has llegado tarde a este mundo redescubierto. ¿Recorres las playas cuando no tenés más? ¿Variaciones del fucsia te atacaron en tu paseo dominical? Tu bitácora de explorador nocturno ya es reliquia sobre mis manos, tus mapas no sirven más. Monumentos a una década que no fue nuestra, ella comprimida en unos lentos interminables.

El living solitario y ese canal de TV que no todos recordamos, suaves locutores sobre tu escritorio. Salís de casa y es un portal de un vacío hacia otro. Soñás que las vidas también tenían algo de one-hit wonder sometido. No cambias por nada esos veranos, escatimas en formas de innovar. La mente se olvida entre arcades cristalinas y las discos bioluminiscentes. Sólo acopla esta nueva tendencia: tu nuevo atlas de medicamentos y farmacias. 

Te agota, pequeño titán, respirar cerca de estos rascacielos acribillados de luces y lásers. Observás el murmullo de tu cuerpo. Son tus pasos de baile clínicos pero vertiginosos, hasta la convulsión que sube. Mecido en un haz comatoso, a la deriva picaresca del tiempo. Otro despertar, la fila para entrar, tu cabellera, el DJ, la humareda. Te comenzás a mover.

Abre la retro disco sobre tu ACV.
FM-84 - Atlas

domingo, 7 de agosto de 2016

Dom 30

[Un bloque final de ofrendas]

Recorridos todos los tugurios / Desdoblados / Como el drone más vivo
Oh, nubosidad variable / Rematado el alevoso / Doblegados
Derramados / Haz medular mis odas / Resquemor cierrafácil

[Me ofrecí a la serendipia de esta villa mensual y mental,
que es la nada (in)valiente, preámbulo constante]

Algo culminó, pero no es esto

sábado, 6 de agosto de 2016

Sab 29

Nimiedad parabólica
abalanzada sobre nosotros:
apoyo totalmente la solemnidad de aquellos que,
desterrando dogmas y complejos,
siguieron la senda de la mediocridad;
sin los irresaltables,
¿qué sería de tus laxos logros?

viernes, 5 de agosto de 2016

Vie 28

Muerte al que pida pensar en el otro
que por demente, no invada mi unidad

Un vacío sanguíneo,
gran detractor asumido,
es crónica de su propio ser
olvidada o dada vuelta.

Si el hay no vive,
¿adónde te persiste?

jueves, 4 de agosto de 2016

Jue 27

que te cueste la virtud
pero que más te cueste erradicar
toda la virtud que renazca

no sobrevive ningún blues subterráneo
ese ataúd jamás compuesto
erección no regida

cuando drenes esta creación absceso,
la herida de tu esencia:
(la) miseria
la vos
la yo

miércoles, 3 de agosto de 2016

Mie 26

Hervidero de caricias y
frases complacientes.
(Cero revestimiento del futuro, 
muerto gracias mecanismo)
Amores en venta(rrón)
desde esta vagancia irrevocable.
Se te deshace el cuero cabelludo
bajo esta visión inquisitoria.
Por la mañana, limemos a estos hombres
con una orquesta,
la gran balacera de preguntas.

martes, 2 de agosto de 2016

Mar 25

hay adhesión entre versos partidos

quien habita estos pasajes luminosos
se dispersa, se empobrece gracias a
y no en desgracia de una razón monocorde

es la repulsa
la confusión lo exige

una contracara que beatifica
el desconocerte

un aluvión de caras demolido
cuando llegues a casa
(y dentro de casa,
la identidad abrazo colectivo)

hay desconocidos en mí,
jamás busques contexto/conclusiones

lunes, 1 de agosto de 2016

Lun 24

Incredulidad selecta sigue acoplando adultos a sus filas.
Siguen fiel al corrosivo dogma del impuesto.
Impiden la posibilidad de jugar como las élites.
Simplemente, la comida no es jardín de presentes.

Es imposible cualquier tinta de zapallo,
abstenida la niñez como cuadros enterrados.
Innumerables vacíos en pos de una cepa laboral.

sábado, 30 de julio de 2016

Acá hay dragones

Ayer me cebaron una historia, transcurría sobre la tarde y finalizaba con el animal corriendo lastimado hacia los edificios. Se ve que, como de costumbre, mi atención fue nula. Así que una imaginación virulenta terminó desbaratando el relato. Consiste en una bestia moderna que muerde la selva negra que crece sobre el neumático de un auto. Si, esto es todo lo que se retuvo como anécdota de finde taciturno, un desamparado retazo de existencia. 

El/la conductor/a que jadea volante pero jamás baja para revisar si se ensalzó de muerte o si sólo quebró algunos cuellos. Una anécdota irreconocible en la sinvergüenzura del contexto. Los únicos que llegan a sufrir esta epopeya inservible son el canillita y una vendedora de bingos. Reproducidos mentalmente, son la imagen de héroes familiar y desinteresada, engaño inocente para rellenar los baches que articulan lo acontecido.

Peor que vender humo es comprar audiencia con estratagemas raquíticas. Esa peluda damisela en apuros nos hace creer que chilla por aplastamiento. Claramente ha rebotado sobre nosotros, emanando en el transcurso la figura del monstruo final. Esa abominación reconocida como la negligente vista gorda. Que mira a lo lejos por la ventana, que otorga banda sonora al momento con sus bocinazos, sube el volumen del estéreo para tapar la desesperación de los perros amigos del (por poco) desahuciado; que no ve las horas de que se acabe el silencio del semáforo para que su verde sol habilite seguir el paso, acelerar y censurar la calle. 

Nos escamamos la piel con ella. Y por momentos la realidad está perdida en un limbo de incertidumbre, un escenario donde nadie quiere saber si la jauría desesperada se salva o si es fustigada entre el murmullo y la ceniza distante. Nos impregnamos de piltrafas éticas, quimeras propias del medioevo salvaje. ¿Por qué bajamos la mirada? ¿Por qué la mirada y no el cuerpo? Un auxilio divino no es posible para ningún ser. 

Damos por sentado que huyó, que se salvó de muerte pero que continuará herido de por vida. No traté de entenderlo, solo maquino la idea de una herida en el espíritu. Quiero decir que la vida que recorra de ahora en más tendrá menos sabor a aventuras, a instintos complacidos. No deseará humanidad, pero al menos imaginamos que el can es un pequeño hombrecillo por un rato. Un muchacho que no supo leer las señales de la vida. Como si fuese un caballero liquidado que no tuvo tiempo de advertirle a sus amigos los peligros de la calle ni de poner carteles que digan: “Acá hay dragones, les dicen humanos”.

The Kilimanjaro Darkjazz Ensemble - Here Be Dragons

Sab 22

No es descabellado pensar que a nivel mundial,
las Shortwave Numbers Stations
son anónimas peñas de espionaje e inteligencia.

Verborragia de payadas códices.
Seven. Nine. Zero.
Amordazando morse con el miedo.
Three. Five. Two.
Carneando política exterior.
Three. Six. Eight.
Asando complicidad global.

Otra ceremonia de ruidos recluidos prosigue,
es la radio remanente del folclore conspirador de siempre.

viernes, 29 de julio de 2016

Vie 21

Postrado entre aldeas de fibra óptica,
me sigo preguntando cuándo resigna la música.
La única que te permite sostenerte entre
códigos QR y dioses teledirigidos.

Ella dolor vitamínico, ella droga de diseño.

Oxigenada,
pero con temor a no llevarse a nadie
cuando caiga vencida.

Esperemos ser sus testigos,
fallecer maravilloso.

Porque todavía vive,
juventud transparente.

Camina entre los singles miserables.
Poniendo en juicio mi cuestión
con su sacrificio barroco.

jueves, 28 de julio de 2016

Jue 20

Existen los humildes lujos,
estafas humanoides.
Esos non plus ultra que
exudan los dioses seminales.

En sus crestas capitales, los 
expulsados no figuran.
Existen, a su vez, lujosas humillaciones
entrelazadas, y lo que falta es indignidad para este horror,
este horror que es brutalidad de una riqueza que no me sirve.

miércoles, 27 de julio de 2016

Mie 19

Racconto in vitro:

De roja recrudece.
El corcel hormigón 
la luz.

Piel vivo.
Desde emana
para cardenal.

Urbe un sueño
un mal.
Yace bucea
la ser.

martes, 26 de julio de 2016

Mar 18

Tu salud es corteza
cuando se abre
la enfermedad
nos está mirando
un bulto ciego
entre trepanación
enroscado

lunes, 25 de julio de 2016

Lun 17

Cuando vuelvas a casa...
¿No te convertirás,
con un regreso mórbido,
en un formidable torrente de avatares?

¿No es el viajero relámpago
la desgarradura,
la comunión humana
bajada a trompadas
por un turismo sedentario?

¿A donde van los caminos agotados?
Esos lugares que deshollamos a cada paso.
¿Cuándo retornarán las reminiscencias?

Dom 16

Singularidades
se muelen en tus manos,
fuera de vos,
sin vos.

El protagonista está en otro.
La escena es un bocado de minutos.
Guarnición de medianoche.

Una fotografía de dos perros dividida.
El negro se levanta,
ladra a un transeúnte.
Un guitarrista lo conoce,
Le ladra al mal,
"lleva algo malo consigo"
y sigue comiendo.

El otro,
capturado por la cámara,
no posa ante nada.
Abre boca.

Después de la historia.
¿Qué queda de los que están por fuera?


Sab 15

La nena encastra en su cabeza
otra cabeza. 
Un tigre falso. 
Mudo (y) vestido.

El animal vive clavado 
en la presa permanente.
Festín por mascar infantes. 
Saciamiento por privación doméstica.

"Se terminó mi tiempo" dijo,
y mientras cruzaban la avenida,
una cebra mordisqueaba lo mismo que él.

"La dependencia es mía", concluyó.
Y esa familia caminó 
hasta abrigarse de confiterías y escarcha.

Vie 14

De esta tarde en la cabaña 
me queda una imagen depredadora. 
Reliquia veraniega 
sofocada por los años.

Mi madre la preserva 
como chisporroteo de otra era. 
Alguien congrega felicidad 
en la leña del calefón. 
Ese alguien soy yo.

Unos se disipan en un fogón profundo, 
otros recuerdan.

jueves, 21 de julio de 2016

Jue 13

Sun Kil Moon
cantó
Duk Koo Kim

He visto un tifón
Se abre paso
a boca de jarro
entre los centenarios.

Un viaje desde Seúl
concluye abanicado
por un ring.

Cuando te consagran así,
no se tiene sed
la sed lo tiene a uno.

No miran las aves por nuestras ventanas, como le pasa a Kozelek.

No subimos las persianas, desviamos derrotismo hacia el horizonte.

miércoles, 20 de julio de 2016

Mie 12

Exégesis del vocablo hoy.

“Modularon el mar”.
“Síntoma sin palmas”.

“Diadema comprimida”.
“Parálisis a
bandera viva”.

“La vida del as”.
“Drenado del miedo”.

“Un ciclón invisible,
licuefacción familiar”.

“Trópico por vos que no es propio de mí”.
“Impropio hasta las fechas,
de vos, fragmentas”.

Para no estropearlo,
exégesis de títulos sobre lo que no se dirá.

martes, 19 de julio de 2016

Mar 11

Efectos secundarios de la vida:
sabores circulares.

(Y punto final para esta arteria liquidada)

lunes, 18 de julio de 2016

Lun 10

Temor para mí
es revelar
nuestras vicarias siluetas
de mosca humana
gracias a estos ojos
caníbales.

Desglosan la danza urbana
en crujientes fauces formadas
de pestaña y piel.

Rebajan a improperio
figuras que no piden
existencias diluidas
en cuencas fotográficas.

Lo recubren como signo
y de lágrimas
también.

domingo, 17 de julio de 2016

Dom 9

Cede la sien
caramelo masticado.
Día por medio, limado
despierto en el laburo.
La sien faro de mis ideas
deja de protestar,
de inspirar bravas creaciones.

Un pelotón del cotidiano
(y familiares)
la fusila.
La incomodidad rapaz
es torcedura
de nuestros textos desgarbados.

Adorno la frente,
revuelvo las manos
en mi nuca.

Sigo replicado en mi asiento.

sábado, 16 de julio de 2016

Sab 8

Existen
como mucho
una docena de tardes medulares como esta.
Son pendientes que dislocan querellas y guisos meridianos.
Esos relampagueos de grandes vistas naranjas
con suerte
nos duran segundos.

viernes, 15 de julio de 2016

Vie 7

Tenedor libre
ha muerto clausurado.
Dulces ratitas
se van desparramando
en la pradera
de brea y cemento.
Mini sociedad
despojada del graso
queso podrido.
Se arrellanan en la
clandestinidad
de plazas vecinales.
Motear estos
monumentos recae
en roedores
hepáticos de vil piel.
Somos hermanos,
barrimos lo civil en
otro sustrato.

jueves, 14 de julio de 2016

Jue 6

Gracias a este poeta
conocí fases de manantiales,
gorriones cúspides,
pálidos solares.

Vacuos versos perennes
moldean
este cadáver estético.

Pero a él nunca lo conocí.
Jamás puso el cuerpo.
Si sos demasiado vos,
de vos hacemos un fósil.

Te escondimos perogrulladas
bien adentro
de tu manto negro.

Cuando los dos se abrumen
en el andar vegetativo.
Uno gritará
y otro seguirá caminando.

Acá estaremos felices.
Prescindiremos de sus servicios.

martes, 12 de julio de 2016

Mie 5

Me alarma.
Nada te convulsiona,
ni siquiera te describen.

Sos una canción recitada
desde la perspectiva de un arma.

A falta de forma externa,
te volvés leyenda.
Costra olvidada por otros,
despegada en el aire.

Y aún inconsciente de tu inconexión...
Alarma seguirá sonando.

Mar 4

A cualquier visionario
lo van colando los días.

Puros cócteles celulares.
Se agotan por pesar.
El olvido motoguadaña
los corta parejito.

A cualquier visión
la zarandean las pausas.

lunes, 11 de julio de 2016

Lun 3

Volición como irritante,
supongo que no la entiendo.
O tal vez sí.

La quiero como pedrusco humano.
Ella contradice las decisiones del morir,
del matar.
Del amargante emblema negro/blanco.

No confío en la piel, por eso
estallo en las voluntades.

El poder no está en las calles.
(Alza las manos voluntariosas para morir).
Menos en la institución.
(Apunta la pistola voluntarioso para matar).

El poder muta en la mina que escoge
sacrificar esas acciones rocosas.
Graba para la posteridad.
Viven y se deflagran en la incorrección nominal.

domingo, 10 de julio de 2016

División Terrestre

¿Esto siempre tiene que pasar? Si lo pensamos en frío, después del exacerbo de viajar hacia una tierra incógnita, creo que fue una mala idea ir en un cascarón viviente. Un ómnibus vivaracho que es sólo un ensamble. No es un hogar o un extensión humana como el auto, ese pariente impersonal. Los colectivos no saben por qué viven, nacen con pocas cavilaciones, salvo las de su mezquino propietario; se deshacen por nada pero aún así están para partirte la boca con esas gentes hacinadas.

Contienen un desagrado voluminoso, imposible tildar de artefactos luminosos. Para llegar a mi casa, sus ventanas repiten la misma verborragia. Si no la repiten se fatigan, no pueden con nuevos panoramas. Miseria en un valle de montes y pozos. Un fotograma con la misma cadencia, gran felpa áspera y parda.

La ruta vocifera un poco cuando le cosquilleamos la tierra. Subsumida, subterránea.

Creo que la impaciencia nos tiene de llavero para estas horas. Sabe que puede abrirte las puertas hacia nosotros pero ya ves con quien te fuiste. De qué lugar te está viendo bajar entumecido. Quizás haga chasquear las llaves entre sus manos, sin maniobrarnos el temple, pero nada más. La impaciencia está muy lejos, sus brazos no emergen de su campera, flamea su impudor puertas adentro. 

Puede que le tome más tiempo a esa bestia monolítica. 
Puede que el comensal deje de serlo, el no morfar me exige padecer como los demás.  

Mogwai Earth Division

Dom 2

Mientras crezcas,
voy anulando caminos de vitalidad.

Será lamentable, pero
desde que pensaste
no hay más opciones en tu aventura.
Pequeño infiel.

No gires el cuello,
que el retrovisor dice que al pasar
las ideas antiguas se deslucen.

sábado, 9 de julio de 2016

Sab 1

Un cardenal bucea
el sueño de ser para la urbe
corcel.

Emana piel roja
hormigón.

Yace un mal.
Recrudece.
Vivo.
Desde la luz.

viernes, 1 de julio de 2016

Faros en Den Helder

Reclamé un espacio en el mundo y este contestó:"Mate sus ilusiones, la idea de que es suyo el sonido o propia su muerte, viole al temor y haga del fuego las flamas para hacerse digno del espacio".

Era fantástico reír y que el órgano genocida de derechos cumpliera con su parte. ¡Presente! ¡Faro coronado de valles y volcanes en un lugar inaccesible! ¡El apartheid me lo trajo! Para ustedes, sobre ustedes: Den Helder.

Breve ilusión que nos hace recordar que solo existe por remeras, en fotos demacradas y en recuerdos holandeses. Recuerdos que son parte nuestra hasta que no sepamos que para obtenerlos hace falta el dolo, hace falta la actitud (totalmente perdida). Y hace falta que un memento balsámico sean la triste matriz que nos iluminen ese esplendor geométrico.

Esta ciudad tiene muerte por inanición del ánima. porque sigue a su yo, jamás tendrá:

Su furia dentada.
La depresión cercada.
Su sentir, verdadero.

Y acá eximido: Den Helder. Golpeándolo al yo. Confronto. Gritando.
¡Jamás se convertirán en lo que siempre quisieron ser!

(2015 - una letra del momento)

viernes, 24 de junio de 2016

Piba/Pibe

La infancia y la hormona. No puede ser que hayamos sobrevalorado tanto a esas épocas de inocencia. Los viejos lo reconocen al correteo de esos humanos enanos, lo llamaban el “andar chivateando”. Hoy convertido en baluarte de tiempos mejores, un chupeteo del idiota que creció sin la atención necesaria y la vive llorando. El andar chivateando fragmentado, destetado por la inmadurez adulta.

Una adultez cachorra, un control de daños. Cuernear al pibe con la piba, cuerpo a cuerpo blanquecino. Transgredir desde el seno de un rudo boylover. Es todo intercambiable, lo podemos negociar. Y de cara al pabellón, la complicidad del vacío, del susurro.

Dos puñales emergen en distintas direcciones, en penetraciones paralelas. Hay un placer generacional: un viejo clava el puñal en el adulto que mata la inocencia del crío andrógino penetrado (reniego del género, del meterle equis o arroba). Veo que siempre hay algo que se pierde, algo tangible o no, en ese lindo escalonamiento de la madurez.

Aphex Twin – Girl/Boy EP

No decir el mal

“Lo más importante es el estilo”. Con estas frases prefabricadas se puede subordinar a cualquier individuo. A cualquier sebo de hombre. 

Hierve como animal, Genio. Andás tallado por tu propio estilo, una víscera de datos que te hacen lo que sos. Una hamaca cuya diversión la traen los de afuera, los que aplastan el orto en su asiento (en su ser-asiento) e impulsan al Genio de la arena triturada hacia el aire. Pero como lo importante es ser un manjar de estandartes express, la hamaca jamás desciende.

Los sentados, nuestros apoyos del pasado, jamás hacen pie en nuestro modelo terminado. El niño se desnuca cuando no puede volver a la tierra, a su coherencia propia. Es demasiado tarde cuando entiende que el juego ya no es suyo. La tabla que lo sostenía vivirá izada por una personalidad fuera de control. 

Le pasó a todos los padres, entran en el juego del crear. Abandonar, dejar picando al estilo y seguir otro camino: sacudir a sus hijos tabla rasa -tabla maligna y sin rasgo- hasta difuminarlos en una actitud, en un arquetipo de occidente. Sin saber que jamás se sabe el resultado final. Los padres elegimos la fractura mortal sin mayores altibajos. 

Es un poco indecoroso, será genio pero no está a más de dos metros de altura. Creído. Succionado por y para la actuación de sus semejantes. Es otro espíritu con grasa humana que arroja sus virtudes sanguinarias a cada historia de vida, a cada discusión política entre mesadas y valles de café. Estilo estéril, un organito que convive dentro del genio, secreción de lo que podrías llegar a ser. 

Ser antes que caer en palabras maniquí, signos en desuso.
“Hay que tener actitud, hermano”.

Wayne Shorter – Speak No Evil

viernes, 3 de junio de 2016

Inundación

I
Cada amanecer es un vicio. Y hoy el tumulto va... ¿Va? ¿Pero va plausible? Digo, hoy me dijeron que había una lapidación alegre. Así que como me dijeron que sería alegre confirmé mi participación. No es que me gusten las sentencias ni nada. Pero quería saber como es una lapidación la más alegre condena.
Así que ahora estamos en la plaza, eh. No se siente juguetear, parece un dictamen, vos sabes como es. No todos llevan látigos ni piedras en las manos para el condenado. ¿Llevan algo para apalearlo? Tal vez me confundí y ahora eligen sus narices. Sí, creo que lo entiendo. Vamos a posarnos en ronda sobre ese tipo y le vamos a sacar todo el aire a su alrededor. Y todos estamos en diferentes rondas esperando nuestro turno. Algunos hasta han besado a ese hombre, se lo ve calmo. Muerte por mil afectos, o algo así.
Se me hace raro estar oliéndole el pelo a un hombre. Nunca lo hice ni con mi padre ni con mis hermanos. Somos como una docena de aspiradoritas que asfixian a este hombre. Tal vez algunos le estén haciendo cosquillas. Me cuesta oler, este señor tiene caspa. Oigo pasos y pasos. Hay tantas narices apretujadas en este hombre que hasta me cuesta respirar a mí. ¿Así es la lapidación de las narices? No entiendo nada si no lo veo, y ahora menos porque no escucho.
Tropecé ante tantos respiros, que cuando me dí cuenta estaba lejos del hombre pero sumido en ese oleaje de narizotas verdugas. Se oían fuertes, pero el hombre... Luego de un rato todos se dispersaron, y muy colorados de piel. Pero el hombre... yacía violáceo sobre el suelo de la plaza juguetona.
II
Requiero de una botellita de mañas. Otra de ternura y otra de sudores. Haz mi testamento y partiré mañana tan temprano, tan temprano que me dolería pensar que te estoy dando una responsabilidad grande. Que me sienta imantado al recuerdo y entonces me vaya sin nada de lo que yo te haya pedido. Y tal vez ahí se encuentre mi amabilidad a la hora de las culpas. No soy engranaje, no.
No me quiero abstener, mañana jugaremos en la plaza. Mañana oleré a esos hombres cansados. Tal vez... voy a rasgarme a cada laborioso y entonces no deberé sentir el arrepentir sidoso. De esos que sé bastante, no los detendré con mañas que los obliguen a volverse al día a día; no me rociaré de ternura para engendrar piedad; no necesitaré ya de imitar mi propio sudor. Sí, sudor, sí. Porque todos me prestarán el suyo. Y voy a estar en ayuno. Y voy a alimentarme con lo que sea que me den sus inexpertas narices. 
Basta con eso y que te olvides de lo que dije. Así no lamentaré nada. ¿Viste? Que no hará falta testamento. Porque mañana todos van a escribirme uno por vos.
III
No divinizaré a la vida de esos jueces inventarios de su propia fantasía. La ablación mental me permitió ser gentil sobre los hechos. Él me permitió la inundación y yo le permití ser asesino. Y decidí no invocar a ningún animal para que hablara. Sólo me abandoné.
Le llovieron juicios y cascadas y él se tragó todo. Y era un espectáculo observar eso. Como se tragaba cada puteada por mí, y yo cascarón viviente a pesar del bárbaro crepitar de aquellos que jamás lo conocieron. Yo a pesar del triunfo del que grita que ganó. A pesar como todos los pesos muertos. Puedo gritar tan feliz y poco desafiante como aquel que te libera y es condenado a farfullar contra su naturaleza. La introspección no tiene que vibrar. Si demuestra fuerza no es que jamás ceda. Si está quieto no es que jamás se movió.¡No vale increpar! Dulces sebos tormenta. Que hoy el paraguas se abrirá para el más invencible e intangible. ¡Hurra! ¡Hurra!
Y veo una estrada que conduce al inundador a su inundación. Como la goza al repetir sin defectos todo proceso. Y el juicio desaprobante festeja. Vil hinchada. Tronemos y destronemos juntos, inundador sereno. A sentir feliz el vacío, que de mí, se lo culpa...
IV
Lejos quedó el gorgoteo sublime de tres. Es una pena que hoy, sea el cuarto gorgoteo. Singular. Que pretende decir algo más, relacionado al crimen del inundador. No llevo un historial de lo que hago ni de lo que debo. Y es una chota hablar, hacer ruido, generar espacio en la plaza, el dormitorio y el tribunal. Tener que ocupar algo de lo que ya se ocupan otros.
Tener que desgranar la coyuntura. Yo no puedo más que menos. Si sos el cero, ¿a quién miro comatosamente hasta el cansancio? Soy silencio sin serlo, por ello tampoco soy ruido. Y la puta madre, dualismo, solo servía para ayudar al que inunda el todo de los demás.
El que inunda: mi padre, mi rey. Tecleaba por siempre sobre su pelo finísimo. Se sacaba uno, lo tomaba de las raíces y le fascinaba su irregularidad. Hoy soy el eterno, y él, que quería eso, sedujo para convertir y convertirse. Y lo mejor es que mi abstracción blanda no existe. No existirá. Y tal vez hasta otro que se avive (y acá dejaré de hablar para desconvertirme y volverme a como soy), ya batiré de nuevo ante la bondad de aquel que llena. Que me nazca y me convide. Como buen vacío, a la materia motor doy.
Boris  Flood
Circa 2013

sábado, 28 de mayo de 2016

Invierno 1972

Un malestar corrupto: alguien no se hace cargo de su tiempo, posición y condición humana.
Canturrea: hay éxtasis en mis manos, hay placer del contraescritor, aquel que ya poseía toda su obra culminada pero cuya característica fascinante era borronear su talento.
Ataque fílmico: valle fílmico, cuándo será el día que dejen de manar vivencia.
Deshora en el ahora conmigo: algo se tira de los pelos, continuamente abrocha en el buzón todos los ciclos de su historia (y no soy yo, es él desde el ayer).
Lector: deprivado.
Alguien te anduvo buscando: entidad.
Estilo opaco resquemor: tartamudea realidad cada vez que le corren el velo del pasado.
Repres(sivas?)entaciones: sufre su piel cuando él mismo siembra las plagas del dios adolescencia.
Perdón, flaco: y le reviento esos siglos pasados que trata de cincelar como las mejores temporadas de la vida, comida podrida.
Retobado e inconexo: desmadre y desmarco. Despacio tiempo…
Homenaje que nos atraviesa: sé el candil y sé la mano.
Le disuelven las esperanzas: le diagnostican vida.
Un aplauso: un, muchos.
Kaoru Abe – Winter 1972

jueves, 26 de mayo de 2016

Fe en extraños

Al tiempo el tipo decide gastar. Se dan cuerda tarde, la piensan demasiado, los dos atraviesan el mismo terreno de violencia demasiado tarde. Quieren pasarla mal. El mismo tipo decide grandiosamente penetrar a la tardanza que jamás lo hace llegar y que siempre lo deja del lado de la falta; inseminarle sus dudas, devolverle las envolturas sin comida y los pañuelos acabados, ¡el camino con la huella y a morfarla! Partirle el perro al vecino en todas las medianeras de la manzana. 

El mismo tiempo también decide penetrantemente el gratinar con vida a ese cascarón de hombre, excusas para el cuerpo a cuerpo, el pija a pija, pero sin llegar nunca a un conflicto que ampare semejantes actitudes. Al final el tiempo desea malestar y mal estar, pero se conforma, es el muñón sin la persona.

Se embalan en la misma pesadumbre, en los dualismos colchón para describir algo que no avanza ni sedimenta la confianza (y siendo consciente de que tienen los mismos pensamientos…). Resquebrajan el mismo surtidor de objetos conocidos: del partirle el tiempo al cascarón en todas las tardanzas de la falta; del penetrar al muñón que jamás lo hace mal estar y que siempre lo deja del lado de la pija; del desear partir y partirle la huella, pero conformarse, si al final el tipo es la medianera sin el perro.

Imploran un final potente, un clímax y un redondeo que valga la pena, pero es el gasto el que decide por los dos: ”que el decidir no sea”.

Andy Stott - Faith In Strangers

Pronto será lo suficientemente frío

Acechan cardúmenes de gorros y camperas por la madrugada; impaciencia inapelable. De esa impaciencia irremangable de la que no podes deshacerte por culpa de los ventarrones que te dicen: “llegó por la madrugada, llegué con él, que te quiere revelado entre las sábanas”. Y es ahí cuando el manto del encierro te sorprende a vos, por encontrarse incrustado en tu cuerpo desde que comenzaron las heladas. 

Una artillería de chocolatadas y calefactores, qué bronca redirigirte a los caminos comunes. A la estación en tu memoria hay que pegarle un tiro, que se incinere el recuerdo urbano en cada barril de cada canillita. El error no es tuyo, es mío, está perdido en tu alacena de errores personales, mezclado, en etiqueta adulterada, hibernando entre el error ajeno y la ausencia de alguien que se olvidó de decirte que llegó el frío, el común a todos.

Lo podes despertar cuando quieras, o cuando Tierra del Fuego culmine reventando las reservas del calor nacional. También lo podes ir pateando de tus muebles a medida que este acompañante se disculpa por traer invitados ingratos. Dícese: mi presencia, mis historias que se cuelan entre vapores carraspeados y gargantas invisibles, que te atraque un pensamiento que no se dice pero que uno percibe como la necesidad de que los malestares se vayan cruzando mi puerta, cerrando bien el portal para que mi garrafa no desperdicie más calor alimentando otro cuerpo, que no me jodas con tus anécdotas gangrenosas porque ya es suficiente el verme estaqueado en mi propia cama. 

Esperando que una neumonía por fin me coloque en un segundo plano… todo perecido, vencido, superando la debilidad que todavía me sutura a este film que llamamos vida. ¿Cómo creerle a esta calidez engañosa que nos apresa? “Hervite piel adentro que afuera todo está sitiado por gente que todavía se amamanta de las altas temperaturas“.

Vulnerado por este vaivén de falsedades encendidas, voy a imitar el hábito del oyente, del paciente, que el congelamiento no se nos ofrece en embestida, tal vez en un coma ascendente, pero no con ansias. Esto que disfrutas no es reconfortante, el calor como serenidad es el engaño.

Emancipator - Soon It Will Be Cold Enough

Tres canciones de amor

Un tipo prescindible sufre otro de esos ataques de copiosa alegría. Se calcina una tarde en el trayecto laboral, cuando raspa un toque a las personas que viven por un día su rutina, entran para escaparse en la mirada de su vida, tan derruída como voluntad.
“Hay rato y redención en el canto del neumático, en todas las veces que subí al colectivo y me arrepentía de elegir el lado que no me dejaba presenciar el mar. Pero ahora… Cardumen metalizado, asfalto marmolado”.
Le viene bien lo terrestre, lo contestado; se talla las mascotas muertas en las uñas y así recorta de a poco los recuerdos, le crecen esas molestias semanales en las extremidades: y a descarnar. Sin apegos.
“Me dinamito la dinámica. ¡Al absceso de felicidad lo surto a golpes para se derrame en las inquietudes de la gente! La termino zarandeando por todos los mercantes y kiosquitos que han tocado mis manos, como si en ellos también trastabillase este fulgor que me recorre”.
Tintinean en su paladar las horas que se quedó hasta tarde despierto. Llega temprano al destino, fuera de los injertos mercantiles, extraviado pero no extraído de la mismísima vida de alimaña, para el destino, él llega en un temprano impropio.
“Desde mi afecto mal agradecido, me arrojo al bucle de la vida. Good show… Good show… Ejecutado por las marginalias personales, acá estoy, ciudadano, acá estoy, pedestre. Good show… Good show…”.
Saborea sus últimos rastros de vida cerca del mediodía, y antes de dejarlos en el cenotafio más cercano, se considera grande y realizado. Ante el final de estos atentados a su salud, vive con la cura hasta la última de sus jornadas.

Ricky Eat Acid – Three Love Songs