jueves, 28 de febrero de 2013

Isaïe Hamtaahk


El faztidiozo zonido de loz perroz maullando.
Eztúpido Izaíaz, eztúpido odiador del zol y del día.
Eztúpido, él, que amaba laz nochez zin eztrellaz.
Zambullete en tu caza gruñiendole a laz inequidadez y loz zonidoz de afuera.
Recueztate en tu cama a olvidar tuz problemaz, loz auricularez te chuparán el zerebro, no te loz quitez.
Manda dezde tu inconzienzia unaz ondaz zonoraz que deztruyan el zol en mil pedazoz, que caigan hazia loz imbezilez de laz callez.
Dezde laz zombraz vengo caminando, cazi drogado por el aroma de un perfume que jamáz nadie uzó. No eczizte direczión fija hazia donde ir, ezcapo del alba, laz luzez me enzeguezen y en loz cuadroz de tu pared no hay imágenez, quizáz ezcapar no fue la mejor opzión. ¿Qué debo hazer? Ver Marley.
¿Entonzez qué zoy ziendo Izaíaz? Ziendo acorralado por miz propioz zentidoz, traztabillando la dezepzión de no zer nada máz que un zoquete colgado de una zoga en zu cuarto. Ezcucho como ze cae el zol, ze quiebra e inzendia a todoz loz que eztán del otro lado del mundo. Gang bang zolar por todoz loz orifizioz de loz cuerpoz terrestrez.
Loz poroz de mi piel ezcupen la inmenzidad del univerzo, y el fulgor de la mañana haze que miz ojoz ze marchiten.

Lucas Miranda y Mauro Varela
28/02/13
20:45hs

lunes, 18 de febrero de 2013

Necrosa Trinidad (Cadáveres 3#-5#)


A) Limboniñonírico(Cadáver 3#)
Y al estar sentado allí, bajo el hierro caliente del silencio, notó la ausencia del sol.

B) Burrete de pus goteando (Cadáver 4#)
Entonces el gordo del prado chocó a un burro y este voló por los aires.

A) Ante mi desolación apareció un niño prodigio, creador de aderezos infantiles.

C) Bukkake en gravedad cero (Cadáver 5#)
Orquídeas ululando a las 6:45.

B) Parecía un pájaro endemoniado de unos 120 kilos. Pensó que tal vez debería dejarlo tirado allí, pues el baúl de su Ford estaba atiborrado de fetos de búfalo.

A) Me invitó a reír con sus delicadas artesanías.

C) La flores y la mañana encienden una nueva densidad (la felicidad).

B) Pensar en la carne del burro mutilado. Pensar en el brillo que nos deja en el pelo y en la piel; su sabor, olor y la masticación. Suficiente para que el gordo aproveche.

C) Las azules manos del cielo tejen luces nuevas para vestir a éste bello día.

A) Sus baratijas excéntricas poseían grandes usos y nombres inolvidables, me dijo que venían de Yugoslavia: Sahumerios con olor a velas, duendes deformes de arcilla, piedras preciosas como la Jamtakdorita, el Rubostaquio y la Tim Tim Womb Omega.

B) Y con todo el cuero cubrirá los pastizales estériles de su pubis.

C) Que no teman los seres que comen lo que da el Día, pronto les dará sus dosis.

A) Yo solo disponía dinero para el viaje de regreso a casa, y tal vez algo para tirarle a las malditas palomas.

C) Abran sus poros como bocas de hipopótamos hambrientos, para dejar entrar todo el polen, la sangre del aire.

B) Había sangre para embadurnarse y correr por todo el pueblo, iba a ser la jugarreta del siglo.

A) El joven maestro tenía las mejores intenciones, si no podía venderme algo entonces jugaríamos a algo. Me daría algo fabuloso si yo ganaba.

C) Entraremos en las fauces de la mañana, todavía algunos están a tiempo de sacudirse (si quieren, o es que todavía existen los que no duermen) la quejumbrosa fatiga.

B) Y las ninfas más dulces y pulcras de este infierno serian mías. Ninfas sin herpes. Ninfas autenticas. Todas mías.

A) No podía decir que no, tal vez eso dañaría su noble y perlado corazón. Un corazón de 11 primaveras. Un corazón virginal.

B) Gloriosos onanismos reflectados en los senos de las más puras. Primero el burro, luego rajar al pueblo lleno de sangre y finalmente las ninfas. Eso o aceptar la perdición: burros lecheados y las ninfas corriendo llenas de sangre por el pueblo.

C) Así como el cactus lava sus manos desde adentro, de la misma forma nuestra sangre nos purificará.

A) El nene genio decidió jugar al juego más fácil y difícil del mundo: las escondidas. ¿Podría ser hallado o hallar un escondite? ¿Tanto? ¿Y entre campos verdes y desiertos?

C) El satélite lunar no llegará dentro de muchas horas, haced lo que se les plazca hasta recibir en la nocturnidad su retorcido resplandor.

A) Le di la espalda y cerré los ojos por 50 segundos, luego giré para volver, petrificado contemplé un yermo infinito que se extendía por todo lo que conocía como mi hogar. Era como si de la nada el blanco caos se hubiera tragado todo.

A) Escuché como un señor tosía mientras revoloteaba por el vacío. Me dijo que las escondidas del niño empezaron, este viejo me dijo que ahora emprendería su nueva empresa de ensueño. Muy adusto y de traje, decía que iba a ganar bien y conseguirse un auto importado. Me había dado cuenta que no encontraría nunca más a ese niño encantador, se jugó todo para hacer un juego sublime. Con razón esto quedó tan blanco. Si hasta escondió su imaginación que dejó tan solo a la adultez en el camino.

Maximiliano Olivera y Mauro Varela
19/02/13

Cadáveres en claustros (Cadáver 2#)


Del presagio del pavo de flemas nacerá el nuevo basilisco
Las negras habladurías ya no arañaran tu raíz
Oiremos los balbuceos de la quimera idiota
Y cantaremos de rodillas, porque así somos felices
Los devotos estarán errados, el mamut de polvo despertará de nuevo
No quisiera estar ahi cuando sus ronquidos anuncien el fin
¿Acaso nadie apagará las flamas de esas infatigables bestias?
Luna que en tu interior duerme el pus del Cosmos, acercate a nosotros y dinos:
"Aquellos que digan la verdad merecen morir, aquellos que digan la verdad vivirán para siempre"
Nuestras brillosas e inseguras almas se agrietan por tu negación
Las viejas que la habitan aplastan lo que sentimos en esos morteros lunares
Ey, los dioses no tienen adolescencia
De hecho, se regocijan mandando bichos de nauseabundos cosmos hasta el planeta, como niños
Y uno se encariña con sus crías, sin saber que mañana de viejo a uno lo enterrarán
Basilisco, infecto pelotudo, tú viandante por los intestinos planta tus huevos en los féretros
Tus repugnantes harpías no eclosionaran en nuestras tierras heladas
Serán soldados panzas blancas y se lavarán las manos
Beberán de tu nube y te robaran el sarro de tus miserias
Nunca se adaptarán a lo sereno, después de la retención de sus masas se aproximarán impertinentes
Acabando con la maleza de hierro y las mieles noctambulas de la muerte
Siento otra vez a los campos de iridio, serán revisitados por los enemigos del pavo irreal
Como un diluvio giraran sobre los patios traseros, nos despojaran de la razón
Batallas invisibles en parsimonia para las criaturas, nos arroban en una triste matriz
Hijos, detengan el miedo, no queremos más morir sobre el queso

Maximiliano Olivera y Mauro Varela
18/02/13

Cadáver de corteza verde y blanca (Cadáver 1#)


Una sandía es el corazón de una vaca
¡Oh, perra vida la de las sandías!
Solo viven para defecar en nuestras ciudades
Es el porvenir de sus jugosidades dulces
Que las aleja de la simplicidad de un cítrico
Y estos las desprecian porque las comen los negros
Solo ellos conocen el secreto de sus semillas de bronce
Ahí está la prueba de que la unión entre sandías y negros los ha fortalecido
¿Viste la sonrisa trepadora de sus flores amarillas?
Esas frutas verdes no dejan de creer en el fin del mundo
Los caballos a veces la consumen a escondidas
En algunos campos se succionan y se crían con alevosía
Mi padre dice que una sandia es un escorpión verde sin coraza
Los machacadores las revientan sin probarlas, ellos son el desperdicio
Ya no quiero ver carne abrazando a los arboles
La carne asada los domingos traga toda alternativa del verdor
En el norte permite que arrasen con todo
Reincentiven el cuerpo con ese cerebro de centro rojizo
Las horas ya no se congelaran al tocar la retina
No tienen pena, en las noches siempre van a crecer

Maximiliano Olivera y Mauro Varela
17/02/13

Kelverian (Cadáver 0#)


Entonces el Señor Kelverian era el gordo manos de cohete. 
Y su grasa abdominal tenia su propia orquesta, llena de ruidos torpes. 
Rebosante papada aceitosa, cuerpo contra climas y tiempos, se deshace del aburrimiento en sus trucos balísticos. 
Lleva una dentadura nerviosa, una mirada arrugada, una respiración de búho enfermo, y aunque su pulmón no sea un bolsillo, allí es donde guarda el humo hediondo de las calles. 
¡Oh! ¡Tambaleante andar! Cuando tengas la certeza de que lo has visto, se habrá mimetizado con las podredumbres urbanas. Incorruptible armatoste, señalará con sus dedos las desgracias y delitos, se espera que Kelverian dispare, pero jamás lo hace.

Maximiliano Olivera y Mauro Varela
17/02/13

domingo, 17 de febrero de 2013

Recreador

Te he estado hablando desde hace un buen tiempo, me sorprende que sigas escuchando. ¿Podés escucharme? Yo también escucho lo que estoy diciendo. Creo que vos también, hablamos para ser oídos. Pero me parece que todavía no me has dicho nada. Sin embargo, siempre considero que hablas más que yo. Haré de cuenta que me estas oyendo, como sucede la mayor parte de las veces.

Me acuerdo de cosas tan hermosas... no hay necesidad de que hayan pasado, estén pasando o vayan a pasar. Yo las puedo recordar con precisión, tal y como son. No hay necesidad de que hipotéticamente estén acá. Yo las tengo, no es que sean mías. Yo las traigo, sé de donde las puedo sacar, pero probablemente hayan estado siempre aquí. No son de la mente, son de algo más.

Ojala pudiese decodificar tus palabras. Perdón, no hay nada que me salga bien.

Todo es tan claro... de cuando era más chico y veía pasar a la comparsa cerca de mi casa... oh, y estaban esos demonios, era apenas un niño y les temía, siempre salía corriendo a esconderme. Corría hasta que se me salían las lagrimas, agitado y con miedo. Oh, era un miedo hermoso. Pero esto ya no es nostalgia, no lo será nunca más. Observa a los tridentes, ya han vuelto, puedo correr de esas varas puntiagudas de plástico todas las veces que quiera. Puedo volver a tener miedo, sigo siendo todavía un chico.

Sólo hay volver a recordar y encajar las mejores cosas en un solo momento. Las camas de la seccional 3° son mejores que la mía, de chico tenía un colchón horrible, así que esas camas sucias eran mejores a todo lo anterior y posterior. Quedese tranquilo, no cometeré ningún crimen. Yo esperaré paciente a que este lugar se vuelva la seccional 3°, falta poco, sin volver
a ese incidente que me llevó hasta las autoridades. El colchón que tengo ahora se ensuciará y volverá lo confortable.

Sí, puedo ver de nuevo a mis temores, hechos gente...

Regresará todo, aunque no lo parezca ahora no está, mi pequeña habitación se hará de esas imágenes complejas, van a regresar las nueces confitadas de mi abuela, las charlas con mi padre, las discusiones de mis tíos, las salidas con mis primos, los abrazos de mi madre, esas cosas que siento que ocurrieron hace mucho tiempo, pero están más cerca de lo que pensás, pronto voy a organizarlo. Yo haría todo esto por usted también, por vos, de nuevo, si pudiese lo haría todo por vos de nuevo.

Esperar, yo he esperado tanto...

Yo he respirado aire puro en las montañas, lo extraño mucho. En mis planos todavía no puedo abarcar a las montañas... no puedo con esa casa cerca de los cerros. Sigo buscando que el colchón sea el de ese momento, la comparsa sea la misma de la infancia y que sube por las colinas hasta la casa en las montañas, para sorprender a mi familia. Yo quiero eso... ¿Cómo es posible si
no tengo al aire de las montañas? No me he olvidado de vos, que siempre estás escuchando, mirandome mientras hablo, como compagino a todas las visiones. ¿No he llegado al punto más agradable? Miraste como fuí ordenando lo mejor de cada tiempo. Casí son cuadros de una exposición. No me olvido como usted mira por completo estas galerías de vivencias. Yo quiero que usted pase y tengamos una mesa familiar. Quiero que lo conozcan aunque jamás lo hayan visto. Yo quiero... pero no puedo... Que mal... Que mal es que usted no emita ninguna palabra, aunque los otros tampoco digan algo, o digan pero que jamás quede. ¿Somos imágenes y es que tan sólo puedo ver como te vas?

¿Te vas? ¿Ya te fuiste o siempre has estado aquí? Te despide el yo que hay en tu mente. Porque me sienta bien que estés acá. Yo desearía que estuvieras acá, siempre te extraño aunque estés.

Ojala pudiese encriptar mejor lo que digo... Porque si fuese por mí lo haría todo de nuevo...

jueves, 14 de febrero de 2013

Autorquesta a Londres

Lo más choto de viajar de noche es estar atento a mil cosas, todos lo sabemos.
Vos y el vehículo, más las formas de perderse y el mejor tramo para estamparse.
Era Varela (mi viejo, al que siempre llamo por el apellido) manejando justo en unas cuestas de La Rioja.
Y Rökkurró tocando Svanur desde mi celular.
Un momento preciso.
Traspasan luces de guardarraíles, de animales y de las cruces puestas en algunos montes, marcando muerte.
Que todo viene entre las centellas, por cada vez que veía al frente, el parabrisas me mostraba el trayecto del señor que siempre manejaba durante un largo tiempo.
Él solo manejaba.
Él era el auto.
Porque ser un automóvil es lo que mejor sabe hacer.
Bucles de bichos que se perdían entre el choque, de luz y velocidad, de apuro por llegar.
Caleidoscopio natural.
Y es ese momento esbelto, en que los islandeses se sincronizaban con el tosco hombre auto. Sin importar su idioma.
Juntos, ante cada curva estrecha que pasan, resuenan con el piano delicado.
Cada tramo más cerca de Londres, pero todo acortado ante esto.
Un momento, todos a la par, hasta que pasemos por ese lugar, ya no pueda mirar ni escuchar.
Usted maneje nomás.

Mauro Varela




martes, 12 de febrero de 2013

Il balletto di pietre


En la tarde había creado una noche y me había preparado dormido.
La mochila sólo contenía una roca, la misma que me cansaba y me preparaba.
Y eso bastaba para que fuese sacudida por todos los que iban delante mio.
Los que se reunieron en la plazoleta estaban igual de alterados.
Sus ropas multicolores, sus brazos hiperagilizados. Levantaron más piedras.
No se cansaron nunca de tirarlas.
Temía por un golpe inminente, pero cuando las piedras coloreadas se retenían en el cielo no me aparté nunca, no me aparté más.
Se quedaron incrustadas arriba, vibraban y danzaban gloriosas mientras miraban los otros embobados.
Hasta que el dolor me envolvió en seco.
Aquél que recuerdo del tiempo en que me lastimé con ellas, siempre era reincidente.
Destrozaron las calles, pero en las calles no se encontraba nada más que sus huellas. 
El arte de un instante, de lanzamiento...
No duró lo suficiente, todos lo habíamos reclamado, pero por más brazos energicos que tengan no iba a ser suficiente.
Y tuve que escapar, hasta la casa de unos familiares indeseables. Me sentía desorientado ante sus pieles azuladas, ¿Cuando ellos fueron calmos?
Irreconocibles en sus pieles de tranquilidad insostenible, voces que no eran las mismas ante las densidades que yo conocía.
Me pidieron calma, esa que realmente nunca tenían y quizas nunca tengan.
Que tomara un reanimador, pero ya me había rehusado ante eso.
Mi viejo estaba ahí, vulgar, azulado e insolado también, burlandose por mí acción de escupir.
De escupir toda reanimación.
Terminé pensando que eran unos boludos, y lo repetía a cada rato.
Son unos boludos... son unos boludos...
No podía aceptar, destilaba bronca ante su ignorancia. Como ellos no comprendieron lo que había pasado en la plazoleta rocosa.
Hasta que se terminó todo sobre el ballet de piedras.
La roca de mi mochila se había vuelto sesos en mi cabeza y el ventilador dejó de funcionar hace rato. Ahora tiraba aire caliente. Ahora en una pieza de luces verdes.
No había ninguna herida externa. Me habían quedado todas las pulsaciones. De toda piedra que se lanza pero que jamás llega.
Y entonces me negué a ese despertar. Pero ya era tarde. En ese momento supe que ya no había ninguna danza que valga.

Mauro Varela